Voy a publicar un trozo de una historia de fantasia que anda rondando en mi mente desde hace algunos meses y que tenia ganas de escribir. Es una historia cargada de combates, exoterismo y algo de misterio (aunque quizás no es algo que se vaya a mostrar en este trozo) protagonizada por 3 jovenes exorcistas y sus Shikigamis ambientada en un fantastico mundo similar al japón feudal. Este relato va a constar de tres capitulos y tratan sobre como la refinada y educada exorcista Muzuki se vió obligada a formar pareja en la lucha contra los youkai con el despreciable guerrero Gorosuke.
Me gustaria saber vuestra opinión, para saber si animarme a continuar la historia. Y sí, se que soy un asco escribiendo, cometó faltas de ortografia y mis recursos lexicos son pobres, espero tener al menos un suficiente en eso.
LA ESPADA KABAYOMI
- 2º Parte
- 3º Parte
- 4º Parte
EL INTREPIDO APRENDIZ
- 1º Parte
- 2º Parte
LA ESPADA KABAYOMI - GOROSUKE EL RONIN.
- OI TABERNERO, ponnos otra botella de sake más.
- No… no, yo estoy bien ya, creo que me voy a casa ya…
- Tonterías, aun no te he contado la historia de cuando un
samurái idiota me retó en duelo por haberme acostado con su hija.
Los robustos brazos de Gorosuke rodearon los endebles hombros
del señor Kojita y lo empujaron con fuerza hacia el asiento, no dejándole otra
opción a su tembloroso y frágil cuerpo de anciano, que sentarse a escuchar otra
historia más del tipo que descaradamente había entrado en la taberna a contarle
historias de sus gloriosos combates pasados. Aunque esas historias, posiblemente
inventadas, le estaban costando al señor Kojita invitarlo a todo cuanto
Gorosuke pueda comer y sobre todo beber.
Gorosuke era alguien intimidante lo mires como lo mires,
fuerte como un toro, sino más, mucho más alto que el hombre más alto que hayas
conocido en todo en todo Shihón. Su piel era morena, áspera, sucia y llena de
moratones y cicatrices, denotando que era una persona que se pasaba el día
entrenando o viajando, pero en ningún caso viviendo en las comodidades de un
hogar. De mirada tosca y despectiva, con sus espesas cejas formadas de forma
que le hacían lucir como si solo buscara problemas, daba miedo mirarlo
directamente a los ojos ya que parecería que podría confundirlo con un desafío,
y no es una persona a la que nadie quisiera desafiar. Su melena era larga,
morena, desgarbada y sucia, recogida en una coleta alta. Por su puesto su barba
también era áspera y mal afeitada, no demasiado larga. Vestía retazos de armadura,
ninguna pieza combinaba con las demás, se intuía fácilmente que había ido
seleccionando las mejores piezas de las armaduras que había ido encontrando, o
quizás saqueándolas de sus rivales abatidos. Era joven, de unos 22 años de
edad, pocos mas quizás, pero con verlo un segundo te bastaba para saber que
había tenido una mala vida y había matado a muchos hombres, y nadie querría
contradecirlo para no ser su siguiente víctima.
- Nosotros nos vamos ya, aún nos queda mucho trabajo que
hacer, jejeje – dijeron los dos últimos clientes al marcharse. El mal ambiente
generado por Gorosuke había expulsado a todos los clientes de la taberna, y
todos disimularon tener motivos distintos a la incomodidad generada por este.
El señor Kojita se levantó del cojín en el que estaba
sentado y se dirigió a la barra. Con pena en el rostro se sacó del bolsillo de
la manga el dinero para pagar otra botella de sake, pero el tabernero le agarro
ambas manos y empujándolas de vuelta, negando la cabeza con un gesto de comprensión.
Este le dio la botella de sake con la esperanza de que esa fuera la última que
esa mala bestia pudiera ingerir, pero ambos sabían que no sería así, ya que en
la pequeña mesa, de apenas un par de palmos de altura, se encontraban unas 4
botellas vacías y Gorosuke solo mostraba ligeros síntomas de embriaguez.
La puerta corrediza de la taberna se abrió de par en par,
dejando entrar algo de luz y un poco de aire el cual hizo sonar Fuurin que
estaba colocado en la entrada para alertar al dueño cuando un cliente nuevo ha
entrado. Debido a la penumbra que predominaba en la taberna, al encontrarse de
repente con tan fuerte foco de luz apenas podía verse en la puerta más que tres
siluetas humanas que vestían un Kasa (Sombrero de paja japonés). Gorosuke forzó
la vista para entrever de quien se trataba, pero no tuvo que hacer mucho
esfuerzo ya que los tres sujetos entraron al unísono, empujando levente al
señor Kojita. Una vez dentro, pudo verlos con claridad.
Eran dos hombres de mediana edad, seguidos de un esbelto y
apuesto joven de cabello liso y largo. Por sus kimonos blancos y azules se
entendía que pertenecían al mismo clan, un clan que a Gorosuke le sonaba de
algo, y seguramente por ningún buen motivo. Como los tres caminaban firme y
rápidamente hacia él, agarrando sus espadas, Gorosuke se temía lo peor, así que
cambió su posición clavando una rodilla en el cojín para estar listo a
levantarse si fuera necesario, y estaba seguro de que iba a ser necesario.
Los tres hombres guardaron las distancias y se colocaron a
apenas un metro de Gorosuke. Sin perder la guardia, con el mango de la katana
sujeto firmemente, el joven habló a Gorosuke, desde la seguridad que le
proporcionaban sus dos vasallos apostados delante.
- ¿Eres Gorosuke?, el asesino del maestro Setsuwo, del clan
Shimada – lo dijo con una voz arrogante, con una mirada severa que ya había
juzgado que aquel sujeto era al que buscaba y por consiguiente lo que le
esperaba era la muerte.
Gorosuke no respondió, se limitó a tratar de servirse otra
copa de sake, pero el sake como era de esperar no emergió de la botella vacía,
alejo de si la botella y la movió para comprobar si sonaba algo de líquido en
su interior. El joven desafiante del clan shimada miró con rabia sus
movimientos, sintiéndose ignorado y humillado, sin darse cuenta de que el
astuto Gorosuke estaba llevando disimuladamente su mano izquierda debajo de la
mesa, y solo hizo eso para distraerlos. De un rápido y fuerte palmetazo levantó
por los aires la pequeña mesa, arrojando la vajilla contra los recién llegados
que cometieron el error de soltar la empuñadura de sus espadas para cubrir sus
rostros de la lluvia de copas y botellas de barro.
Gorosuke era sin dudas un excepcional guerrero y de manera
coordinada se levantó apoyándose en su rodilla mientras que desenvainaba con su
mano diestra la enorme espada que portaba, para, de un fulminante corte
horizontal cortar en dos la mesa que le sirvió como pantalla para ocultar sus
movimientos. Gorosuke vio el estallido de sangre salpicar el tatami del local,
sabiendo así que su ataque había sido efectivo y con suerte había cortado por
la mitad a ambos, lo que no se esperaba es que el ataque fuese devuelto, y de
la madera de la mitad superior de la mesa vio aparecer la hoja de una katana
dirigiéndose a cortar su cuello. El joven shimada sin dudarlo había devuelto el
ataque y cercenando la cabeza de uno de sus vasallos ya muerto, trató de cortar
a Gorosuke a través de la mesa.
Gorosuke apenas tuvo tiempo de reaccionar y trató de
esquivar el ataque sin mucho éxito, aunque por suerte, el Joven Shimada era
alguien rápido pero no muy fuerte, y su ataque perdió fuerza, no pudo cortar un
humano, una mesa y atravesar su yoroi (armadura samurái), una hazaña de ese
calibre solo pueden realizarla los hombres de fuerza excepcional como Gorosuke,
así que su ataque rebotó en la armadura y el gigante pudo conservar su cabeza
al menos por un día más.
La mesa cortada, cayó al suelo desequilibrando al retador
del clan shimada ya que su espada estaba atorada en ella. El experto Gorosuke
no perdió la oportunidad de atacarlo aprovechando que no podría defenderse,
pero de manera desesperada, ya que su vida dependía de ello, el joven shimada
en un gran esfuerzo saco la espada incrustada pudiendo bloquear el poderoso
ataque de Gorosuke, aunque para su desgracia la diferencia de fuerza era algo
notable y con el choque de armas se desestabilizó y se vio forzado a dar un
paso atrás. A ese golpe lo continuó un segundo, que al igual que el primero iba
proporcionado con la fuerza de un toro, y este trastabilló hacia atrás cayendo
así al suelo, momento que aprovechó el forzudo guerrero para darle un poderoso
ataque vertical y cercenar su cabeza, aunque al ser tan grande, su katana se
encontré con la viga que sujetaba el tejado del local, frenando así su fuerza y
dándole al esquivo Shimada el tiempo justo para apartar su cara del ataque,
aunque no el suficiente para salir indemne ya que este ataque cortó buena parte
de su Kasa y lo que era peor, dejándole un corte profundo en su bello rostro.
Aprovechó el impulso de la caída para rodar hacia atrás y evitar así otro golpe
fatal.
Gorosuke entendió que debido a su enorme cuerpo, luchar
dentro de un local quizás no era la mejor situación para él, así que corrió
hacia afuera, buscando un combate en las calles del pueblo, donde tendría más
espacio para moverse.
- No dejaré que huyas maldito Gorosuke – Gritó desafiante el
maltrecho Shimada, el cual ya había comprobado que su rival era tremendamente
fuerte, debía serlo, ya que había vencido a su maestro, pero aun así prefería
la muerte en un combate, que la humillación de vivir sabiendo que no ha tratado
de vengar al gran Shimada Setsuwo.
Gorosuke escuchó los pasos de su contrincante y dedujo que
corría más que él, no era de extrañar, era esbelto y ligero, no tardaría en
alcanzarlo, pero eso también formaba parte del plan de Gorosuke, que no se
dignó a mirar hacia atrás, para darle la falsa seguridad a su rival de poder
apuñalarlo por la espalda, pero lo cierto es que solo escuchando sus pisada, el
curtido guerrero sabía exactamente la posición de su rival.
Ambos corrieron hacia afuera con sonoros y estruendosos
pasos, el tabernero y el señor Kojita estaban refugiados tras la mesa donde se
servían las bebidas, temerosos de que algún golpe perdido pudiera herirlos y
animando silenciosamente al joven Shimada para que acabe de una vez con el
bastardo de Gorosuke. El señor Kojita, que rezaba nervioso juntando ambas
manos, se asustó al caérsele encima la botella de sake que había pedido con
anterioridad, puesto que los pasos del gigante hacían temblar la mesa e
hicieron caer todo lo que se encontraba en su superficie.
Gorosuke llegó a la entrada primero, agachó la cabeza para
salir y en cuanto dio su primer paso en el exterior giró bruscamente su enorme
cuerpo cargando su espada para propiciar un ataque al lugar por donde estaba
seguro que su rival iba a cruzar, la puerta. Su rival se sorprendió al ver como
Gorosuke se detenía en seco y lanzaba un ataque contra él, pero no tenía ningún
lugar donde esquivar, ya que se encontraba cruzando la puerta y el marco de
esta no le dejaba otra alternativa que seguir hacia delante, así que impulsó su
cuerpo hacia atrás cuanto pudo y se deslizó con su rodilla por el suelo. La
espada pasó casi rozándole su lastimada cara y destrozando el marco de la
puerta, pero él no se contentó con esquivar el ataque de su enemigo, así que
trató de cortar el abdomen de este propinándole un corte mientras se deslizaba,
pero por la postura innatural que tenía el corte no tuvo mucha fuerza y solo
corto parte de su Yoroi, sin llegar a cortar su piel.
Se estabilizó en cuanto pudo recuperar el equilibrio y sitió
como la espada de su enemigo volvía a pasar cerca suya de nuevo, levantando el
polvo del suelo. Esto le hizo entender que no debía perder el tiempo ni para
limpiarse la sangre que se acumulaba en su ojo y le impedía ver con claridad,
al mínimo movimiento en falso su experimentado rival le cortaría la cabeza.
Apuntó la espada contra Gorosuke, quería que aquello terminara ya, estaba
siendo un duelo muy intenso y no parecía tener todas las de ganar con él, el
asesino de su maestro había demostrado ser un guerrero formidable y muy astuto
en combate, no era alguien honorable y eso lo hacía demasiado peligroso para
alguien que solo había tenido duelos deportivos como él. Además el dolor en su
cara era intenso y le impedía pensar con claridad, solo quería que todo acabase
ya y poder visitar a un doctor que le cerrase la herida si eso fuera posible.
Ambos contendientes cargaron el uno contra el otro,
corriendo con todas sus fuerzas y gritando con toda su rabia. Las espadas
chocaron, pero una vez más la diferencia de fuerzas no favoreció al esbelto
shimada y el dolor que le causó bloquear tremendo ataque cargado de su enorme
contrincante le hizo soltar la espada, la cual voló unos metros. A shimada le
recorrió un tenebroso escalofrío cuando miró hacia arriba y vio la sonriente
cara de satisfacción del malvado Gorosuke. Estaba desarmado frente a un hombre
que de seguro había matado a docenas de personas, un hombre sin escrúpulos y
sin ningún tipo de respeto hacia sus semejantes, sin duda había llegado su
hora.
- Cógela, vamos – Le hizo un gesto con la cabeza, para darle
permiso de ir a recogerla. – Una pelea no es divertida si el otro no se
defiende.
- ¿Diversión? ¿Peleas por diversión? Cuando peleas arriesgas
tú, y se la arrebatas a los vencidos, un combate no debe tener un motivo tan
trivial como la diversión ¿Qué eres? Una bestia.
- Venga, rápido, o harás que me arrepienta – le ordenó
mientras se rascaba el sobaco por el hueco de la armadura.
Shimada se sentía deshonrado, estaba siendo perdonado por un
tipo sin ninguna clase de honor, que pelea por matar el tiempo, pero ahora más
que nunca se sintió el responsable de acabar con la vida de semejante
indeseable. Le dio la espalda el bravucón y dio unos pasos para recuperar su
espada y cuando se agachó sintió un enorme dolor en su abdomen. La punta de una
katana asomaba por su barriga, embadurnada en su propia sangre. La ira le
desbordaba, superaba con creces el enorme dolor que sentía, y a duras penas
pudo mirar hacia atrás para encontrarse con que Gorosuke lo había engañado y lo
había ensartado por su punto ciego.
- Ki-kisaamaaaaaa – Shimada maldijo con toda su alma a su
asqueroso rival. Las palabras le brotaban débiles, no tenía fuerza para más y
la sangre que brotaba de su boca ensuciaba sus palabras volviéndolas casi
inteligibles.
- Baaaaaka – le dijo burlándose - ¿En qué momento te he dado
a pensar que soy alguien a quien puedes darle la espalda? Los tipos como tú que
ponen reglas a los combates a muerte me enferman y están mejor como tú,
muertos. – Terminando la frase sacó la espada del abdomen de su enemigo, el cual
perdió todas sus fuerzas y cayó de bruces al suelo.
De un movimiento limpió la sangre en su katana, salpicando
al agonizante Shimada, el cual, trataba con su último aliento alcanzar su arma
y poder asestarle al menos un único golpe con éxito al bastardo de Gorosuke,
estaba dispuesto a postergar su agonía con tal de conseguir su propósito, al
menos así, su alma podría descansar en paz. Tenía el brazo estirado todo lo que
le permitía su cuerpo, y arrastrándose lentamente casi alcanzó a tocarla cuando
un enorme pie le pisó la mano, era Gorosuke el cual también se llevó su espada
de regreso a la taberna.
- Tabernero, sal de ahí, ya ha acabado todo. – Coloca la
espada en la mesa. – Con esta katana y lo que lleven esos tipos encima debería
de bastar para pagar los arreglos del local y… - estiró su cuerpo para alcanzar
unos panecillos y unas botellas de sake que estaban a su alcance – esto y esto…
si… - Se metió un panecillo entero en la boca y no le dejó hablar con claridad
– No me vayas a denunciar – casi no se entendían sus palabras - te he pagado lo
que te he roto eh, y ya has visto que he matado a esos desgraciados en defensa
propia, han venido con intención de matarme, así que no he hecho nada malo.
- ¿Están muertos? Todos esos chicos… ¿Están muertos? – El
tabernero se levantó muy preocupado y se asomó cuanto pudo sin salir de la
seguridad que le proporcionaba estar detrás de la mesa.
- Esos dos si – le señalo con el índice – ese otro… aun no…
creo – cambió el gesto de su mano para señalar con el dedo pulgar hacia afuera.
– Ahora mismo se está desangrando, haz lo que quieras, mátalo para que tenga
una muerte rápida o deja que se desangre como un cochino, a mí me da igual.
- Ese joven era un discípulo del clan Shimada ¿No te da
miedo que te persigan hasta matarte? – El tabernero se arrepintió de haber
dicho eso, creía que esas palabras podrían molestar al violento Gorosuke y
costarle la vida.
- ¿A MI? JAJAJAJA, llevo dedicando mi vida a esto 7 años,
desafío a guerreros fuertes y orgullosos, los mato y saqueo sus cadáveres. Si
es en un duelo no es ilegal matar ¿lo sabias? Y sus cosas… en fin ¿Para qué iba
un muerto a quererlas ya?
- Por cierto Kojita-san, - Dijo Gorosuke mientras miraba a
su alrededor por si se podía alcanzar algún alimento. - ¿Dónde dijiste que
estaba el templo de Oniyama?
- Por-por favor Gorosuke-Dono… no saqueé ese templo, por
favor se lo pido – El señor Kojita se arrodilló ante el – es el único templo
que vela por nosotros, y en su interior está sellado un poderosísimo oni que
aterrorizó estas tierras hace siglos.
- JAJAJAJA ¿Acaso eres imbécil? Yo no creo en cuentos
infantiles como ese. ¿No le da vergüenza? A su edad y creyendo patrañas
absurdas como esa… Además no quiero saquearlo, solo quiero la famosa espada
Kabayomi.
- ¿La-La espada Kabayomi? Ese es el tesoro del templo, la
reliquia de nuestra región – El señor Kojita estaba completamente frustrado, no
podía hacer nada ante esa situación - Esa es la espada que mantiene sellada al
Oni, por favor…
- ¡Urusai! – Mandó a callar de forma contundente al
escuálido y asustadizo señor Kojita – parece que ese siniestro monje tenía
razón, la espada se encuentra en ese templo y es así de famosa es porque debe
ser muy poderosa.
- Pero… Gorosuke-Sama… esa espada está custodiada por 12 sacerdotes
Onmyoji – El tabernero le habló con un tono relajado y mediador, no tratando de
convencerlo, sino tratando de que el mismo sacara sus propias conclusiones – y ya
sabes que los Onmyoji tienen habilidades mágicas que superan la capacidad
humana. Usted es un hombre fuerte, pero quizás con tantos Sacerdotes no…
- Cállate tú también, esas son las mentiras que os cuentan
para que tengáis miedo de ellos y así le enviáis dinero a cambio de una falsa
protección. Sois unos estúpidos, la magia, espíritus, youkais y demonios, esas
cosas no existe,… pero así funciona el mundo, los fuertes y los listos se
aprovechan de los débiles y los ignorantes. Por eso yo estoy encima vuestra, y
cuando tenga esa espada estaré por encima de todos en Shihon.