Mi falta de comprensión hacia el funcionamiento de la sociedad y de la humanidad en general hace que odie una gran infinitud de cosas, de pequeños detalles, que producen sobre mí el mismo efecto que si jugaran a béisbol con uno de mis riñones. No sé si es que hay seres humanos que son especialmente imbéciles o que tengo la gran fortuna de encontrarme con todos y cada uno de los anormales que habitan sobre la faz de la tierra, pero con los años me he vuelto una persona que odia mucho y muy intensamente, tanto que hasta duele.
El abanico de cosas que detesto es infinito, abarca desde detalles que me repelen (como la gente que coge las cosas como si estuvieran sosteniendo un pedacito de mierda) hasta hechos que hacen que me broten pequeños tumores cerebrales de rabia y desesperación. Una de las actividades que me producen más tumores es, paradójicamente, una de las cosas en las que disfruto: jugar a rol. Todo depende de cómo se hayan alineado los astros y de mi suerte al encontrar master y compañeros de juego, una serie de variables que determinan si me lo voy a pasar bien o me voy a intentar cortar las venas con un ganchito.
El número de jugadores. Una partida de doce personas es una puta mierda. Punto. Es imposible mantener el interés y la concentración si te ves obligado a esperar un cuarto de hora entre acción y acción en una batalla, o cuando la discusión sobre qué hacer con un tema concreto acaba siendo como ejercer la democracia en España: tomar una decisión cada cuatro años.
Señores masters, como sé que es muy duro excluir a amigos de una partida, os daré el Jillconsejo de la semana: empezad con los jugadores que os salga del cenutrio, pero aplicad la ley de Darwin sin ningún tipo de miramiento, que sólo sobrevivan los más aptos. Matad a los personajes de vuestros amigos y disfrutad de cada gota de sangre y lágrima derramada, gozad de los gritos de frustración, con su desesperación, del placer de romper sus fichas de personaje con vuestras divinas y majestuosas manos. No hay mejor motivación para hacer las cosas bien que el haber visto cómo no te temblaba el pulso al sesgar la cabeza a un ser querido.
El master que se crea un personaje y lo mete en el grupo "porque me sale de los cojones", momento en el cual dejas de jugar para pasar a ser el secundario de la gran oda al ego del DJ, quien se toca secretamente pensando que lleva al nuevo protagonista de la historia: el tío más poderoso, más molón, más pro y con el vello genital más frondoso y rizado. Si preferíais jugar a dirigir haberlo dicho.
Los jugadores que se separan todo el rato del grupo. Por ejemplo, nos encontramos jugando a una partida de Vampire y estamos explorando una zona que se sabe de sobras que está repleta de miembros del Sabbath. Si utilizamos levemente la lógica llegaremos a la conclusión de que separarse de la cuadrilla puede ser una acción que nos llevará a una muerte segura. Desafortunadamente, este simple ejercicio mental no se encuentra al alcance de todos los seres humanos, por lo que siempre hay un limitado que decide ir por su cuenta y alargar los turnos eternamente. Un DJ digno le daría realismo a la historia y adoctrinaría al vaquero solitario acerca de los riesgos de andar solo y con los pantalones bajados por calles oscuras y hostiles, para próximas partidas.
Sin embargo, lo que odio con más fuerza y desesperación, son aquellos jugadores que simplemente no te dejan jugar. En vampire esa habilidad se traduce con el nombre de Dominación, la disciplina que sirve para influir en las acciones y pensamientos de otros. Así que te haces un personaje, empiezas la partida y descubres que realmente no eres tú el que lleva a Ambrosio, sino el capullo que tiene dominación, que no le basta con su pj y a la mínima que no está de acuerdo con lo que dices o haces te somete y te hace hacer lo que a él le sale de los huevos.
Si es que... si es que yo os abortaba.
Por eso cada vez que juego me hago un lasombra xD arriva el sabbat!!
ResponderEliminarPor eso cada vez que juego me hago un lasombra xD arriva el sabbat!!
ResponderEliminarComo te dije, te falta el jugador pesado que el solo se tira 10 minutos jugando, y cuando pasa el turno, cuando tiene que esperar un minuto ya pide impacientemente su turno.
ResponderEliminary xk esa foto de cabecera?
ResponderEliminarpraesul las tetas venden
ResponderEliminarVelasco: noooooo, Camarilla forever! Pero he de admitir que los Lasombra molan... aunque jamás lo pronunciaré en voz alta.
ResponderEliminarSir Arthur: si es que cuando son pesados lo son al 100%. Me ponen de muy mal humor pero he tenido la suerte de encontrarme con pocos.
Praesul: es una imagen de Ánima, otro juego de rol, no sólo he jugado a Vampire. xD
El jefe me dijo que pusiera una imagen de cabecera en cada post para que saliera en la parte de abajo, en los posts aleatorios, y tras buscar imágenes de Vampire y encontrar mayoritariamente imágenes del videojuego o reales decidí pasar de ponerme a escanear el libro y coger una imagen de un juego de rol cualquiera. Como recordaba que las ilustraciones de Ánima molaban (sobretodo las de las cartas) decidí utilizar una de sus ilustraciones. Y como todos queréis tetas y como dice lifeisinfinity las tetas venden pues puse la que enseñaba más carne.
Espero que la explicación te haya sido plenamente satisfactoria. xD
lifeisinfinity: boobies for the win!
Huele a DJ de D&D *Escalofrio*
ResponderEliminara mi es que el rol de mesa en si ya me parece aburrido xD
ResponderEliminarMas razon que un santo!
ResponderEliminarYo juego como druida en una partida de D&D y tenemos que aguantar a la "otra druida" parando la partida cada 5 minutos para buscar "un animalito mono" como compañero, llevando de por si un caballo como mascota de inicio, y habiendolo dejado en la ciudad de inicio porque "no quiere que en la aventura y los combates salga herido".
Si es que desde luego... no hay justicia!!
Como master debo decir que gran parte de lo aquí escrito lo he vivido, incluso al master con pj que jode la party... era amigo mío. Lo ERA -.- .
ResponderEliminarY es que, es como cuando juegas de pequeño en el cole, cada cual va a su rollo y si se hac emal, no se va a ninguna parte.
Pitowilson: a mí ya D&D me produce escalofríos de por sí. xDD
ResponderEliminar- Camino recto.
- Tira dados, a ver si pifias y te tropiezas con la cáscara de un cacahuete.
En fin...
Jutaku: lo malo del rol de mesa es que puede ser muy divertido o muy aburrido dependiendo de con quién juegues. Si encuentras los compañeros idóneos ten por seguro que te lo pasarás como un niño en su primer día de feria. >_<
Kibonicito: ¿en serio os hace eso? Hablad con ella o matadla... el personaje, claro. xD
Tk: yo también empecé en el cole. :D
La verdad es que ser el máster perfecto es imposible, pero es que hay según que cosas que joder... me parecen insoportables y prefiero no vivirlas voluntariamente. >_<
Ya sabes que los jugadores siempre nos quejamos y no queremos dirigir. Jijijiji.